jueves, 23 de julio de 2015

Posted by Sergio Vidal González | File under : , , ,
Todo sucedió hace ya unos 20 años, para ser más exactos en el año 1965, en un pueblo a las afueras de Londres, llamado Bath.
En esa época es verdad que en ese pueblo habitaban muchos delincuentes, cada noche habría unas decenas de violaciones o unos cuantos asesinatos y la única música de fondo que se podía escuchar, entrada ya la noche, eran chillidos de dolor y sufrimiento.

Nadie podía estar a salvo en ese pueblo, todo el mundo estaba asustado, cuando entraba la noche pocas personas salían a las calles húmedas y frías.
Las calles eran tan oscuras, que no podías ni ver lo que pasaba a tu lado, la única luz que había era la de la luna llena.

Un día cual quiera, me levante de la cama y sin desayunar me salí de ese apartamento mal oliente y me fui a recorrer las grotescas calles y callejones de aquel pueblo.
Al salir de la puerta principal del edificio, en toda la calle habían plumas negras, tanto por las ventanas como por todo el suelo y un poco más hacía delante una persona completamente deformada, aparentemente parecía un hombre, el cual se encontraba tendido en el suelo y lleno de sangre a su al rededor y en la pared que se hallaba al lado de aquel cuerpo se encontraba un mensaje con sangre que ponía lo siguiente: Toda aquella escoria que ha hecho de este pueblo un infierno, sufrirá.
Aquel mensaje me hizo que pensar mucho: ¿Abría alguien dispuesto a cambiarlo todo? ¿O sería otro psicópata más?

Mientras que todos los vecinos se quedaron allí, mirando aquella frase, yo me fui a dar mi paseo sin mirar atrás y escuchando a las personas a hablar sobre: ¿cómo sería esa persona?
Pasado unas horas, un paseo de lo más largo y  unas cuantas cervezas en el cuerpo, me di cuenta de que el sol se estaba escondiendo y que ya iba siendo hora de volver a casa.
El sol se iba escondiendo cada vez más y la noche aparecía. Casi estaba llegando a mi apartamento cuando de pronto, entre las sombras, apareció unos señores, todos vestían con harapos y navajas en mano. 

Se pusieron con posiciones amenazadoras y dispuestos a asesinarme. Cuando de pronto un cuervo paso por mi hombro y se colocó en una mesa rota que había en aquel callejón y al rato, empezaron a salir cuervos de todos lados, el cielo se llenó de ellos.

Los asesinos empezaron asustarse cada vez más, prácticamente no se podía ver nada con cuervos por todos lados. Cuando de pronto una parte de los cuervos se hacen a un lado y apareció una silueta negra, parecida a la de un hombre con traje, sombrero de copa y un bastón en la mano.

De pronto, levantó el brazo y señalo a las personas que me estaban amenazando y los cuervos se tiraron encima de ellos entre chillidos y sangre, yo me quedé mirando la escena horrorosa.
Pasado un tiempo, los cuervos se fueron y dejaron allí los cuerpos deformados. Cuando volví en mi, me di la vuelta pero en ese lugar no había nadie, quien fuera sido esa persona, ya se había ido. 

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