martes, 30 de junio de 2015

Posted by Sergio Vidal González | File under : , ,

Abrí los ojos y allí estaba ella,
sostiendo su sonrisa más bella.



Sus ojos oscuros brillaban,
mientras sostenía su mirada fija.
Mi corazón fuertemente palpitaba,
que el aire entrar prohibia.

Esa tarde en que la conocí,
a un ángel yo reconocí.

Ese rostro se me grabo en mi mente,
con fuego fuertemente.

Aquel día sentí un sentimiento,
que jamás senti nunca.
Si digo que no fue amor, miento.



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