Durmiendo todos
estaban,
Mis sueños por el
mundo vagaban.
Los latidos del
corazón sonaban,
Mi conciencia por un
momento ya no estaba.
Mis sueños en
pensadillas se convirtieron,
Empezó a latir con
fuerza mi corazón.
El nerviosismo se apodero de mí ser,
Mi alma no dejaba de
padecer.
Escuche un sonido
perturbador,
Fue un grito
atronador.
En el primer grito se
despertó mi mente.
Yo fui el único en
despertar,
Tenía un sentimiento
de soledad.
Mis labios no se
movían para poder chillar,
Sabía que no podía a
nadie despertar.
Las horas pasaban,
Y mi alma cada vez
más,
A mi cuerpo se
adentraba.
Todo estaba más
tranquilo,
Pensé: solo fue un
sueño.
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